jueves, 27 de marzo de 2014

CIMABUE, GIOTTO, MATIAS DE ARRÁS, BERENGUER DE MONTAGUT

Cimabue

Nació en Florencia y murió en Pisa. Su carrera fue descrita por Giorgio Vasari en sus Vidas de los más famosos pintores, escultores y arquitectos (llamada, en italiano, Le Vite), ampliamente considerada como el primer libro de la Historia del arte, aunque fue terminado más de doscientos años después de la muerte de Cimabue. Aunque es uno de los primeros documentos que se tienen sobre él, su exactitud es insegura. Según HughHonour y John Fleming: «Su nombre es, de hecho, poco más que una etiqueta adecuada para un grupo estrechamente emparentado de pinturas murales y sobre tabla».
Debido a la escasa documentación que queda, no se sabe mucho de la vida del mismísimo Cimabue. Las noticias ciertas sobre su vida, apoyadas en documentos, son pocas. Se sabe que estaba presente en Roma en el año 1272; aparece encargado de realizar un cartón para el mosaico del ábside de la catedral de Pisa en el año 1301; y consta muerto en Pisa en el año 1302. De estas poquísimas informaciones los críticos y los historiadores del arte han reconstruido, no sin controversias e incertidumbres, el catálogo de sus obras.
Según Vasari sus maestros fueron «griego», queriendo decir bizantinos. También le influyó Dietisalvi di Speme.
Dante lo citó como el mayor pintor de la generación que precedió a Giotto, paralelamente al poeta Guido Guinizelli y al miniaturista Oderisi da Gubbio. Según Ghiberti y el Libro de Antonio Billi fue al mismo tiempo el maestro y el descubridor de Giotto. Cuenta Vasari que descubrió, de viaje por los alrededores de Florencia, a un pastor que mientras cuidaba sus ovejas, retrataba a una de ellas sobre una piedra; era el joven Giotto, que se convertirá en su alumno y pronto superó a su maestro para ser el primer gran artista del Renacimiento italiano.
Giotto, imitando la Naturaleza «desterró el estilo griego grosero de su época y resucitó el buen arte de la pintura moderna», como su maestro, que aunque formado por maestros griegos, y conservando «el viejo estilo griego», procuró superar este estilo, que Vasari consideraba «vulgar», para tener «el modo y el lineamiento del estilo moderno».
A juzgar por los encargos que recibió, Cimabue parece haber sido un artista muy considerado en su día. Mientras trabajaba en Florencia, Duccio fue el principal artista, y quizás su rival, en la cercana Siena. Cimabue recibió el encargo de pintar dos frescos muy grandes para la Basílica de San Francisco de Asís. Están en las paredes de los transeptos: una Crucifixión y un Descendimiento. Desafortunadamente, estas obras ahora son débiles sombras de su apariencia original. Durante la ocupación del edificio por las tropas invasoras francesas, prendió fuego la paja y dañó seriamente los frescos. El albayalde o blanco de plomo se oxidó y ennegreció, dejando las caras y gran parte del ropaje en negativo. Otra obra dañada es el gran Crucifijo de Santa Croce en Florencia. Fue la mayor obra de arte dañada en las inundaciones de Florencia del año 1966. El agua se llevó gran parte de la pintura del cuerpo y la cara.

Al final de su vida trabajó en los mosaicos del ábside de la catedral de Pisa, ciudad en la que murió.

El Crucifijo de Arezzo


Este Crucifijo fue asignado a su catálogo por Pietro Toesca. Data aproximadamente del año 1270 y fue pintado para la iglesia de Santo Domingo (San Domenico) de Arezzo. Muestra su formación entre maestros de cultura bizantina en la superficie esmaltada y las telas finamente marcadas con el oro, pero marcó ciertas distancias. Se orientó hacia las representaciones recientes de la Crucifixión con el Christuspatiens pintado hacia el año 1250 por Giunta Pisano, pero actualizó la iconografía arqueando aún más el cuerpo del Cristo, que se desborda ya ocupando toda la banda izquierda de la cruz. Recordando siempre a los modelos de Giunta, las dos figuras de los paneles a los lados del brazo de la cruz (María y San Juan representados a medio busto en posición de llanto) y el estilo sobrio, casi «caligráfico» de representación anatómica del cuerpo del Cristo.

Una de las particularidades artísticas del crucifijo es que logra trascender el concepto de pintura, ya que esta es también funge como una pieza inmobiliaria de la iglesia a la que adorna. Esta pieza puede ser considerada como innovadora, ya que expande el concepto artístico de la cruz latina al añadirle espacios rectangulares a los extremos de lacruz, los cuales le permiten al artista el incluir temas o imágenes complementarias a la obra central. La obra sigue en muchas maneras la tradición del arte bizantino (expresión artística característica del siglo VI en la cual había un enfoque característico en el mundo helenístico), en la cual se destacan la magnificencia y suntuosidad (lujo) de la obra a través del uso de colores dorados y de esmaltes. Otra de las características bizantinas que se pueden observar en esta obra, es el uso de las anatomías esquematizadas y el simbolismo de las imágenes. Sin embargo, no podemos considerar esta obra como meramente bizantina, ya que Cimabue introduce algunos conceptos innovadores como son la posición arqueada del Cristo en la cruz, la cual rompe con los estereotipos clásicos del arte bizantino y le agrega una perspectiva un tanto más dramática a la obra; aunque no menos elegante.
-estilo al que pertenece la obra y breve descripción de ésta:
El estilo de esta obra puede ser considerado como una fusión entre las corrientes del arte medieval, la cual puede ser apreciada en el brillo y refinamiento de la obra, así como del arte bizantino, el cual se ve expresado en diversos aspectos estilísticos de la obra que ya fueron mencionados.

La Maestà de Santa Trinita



El centro de la composición lo ocupa la Virgen que se encuentra sentada con el hijo apoyado sobre sus rodillas, enseñándoselo y mostrándolo a los fieles. El tipo de Virgen representada, es el de odegitria, la Virgen señala al Niño como el camino de la salvación. Su rostro posee unas líneas suaves y dulces a diferencia de los demás rostros de la composición. Se puede decir que la escultura románica presenta aquí su influencia al quedar evidenciadas formas con perfectos matices.   
En la zona inferior del cuadro, se pueden apreciar cuatro profetas con actitud de sorpresa seguramente provocada por la aparición de la Virgen con el Niño. Estos cuatro profetas son: Isaías, David, Jeremías y Abraham. Los cuatro presentan rostros llenos de expresión y realismo.
Otras figuras que aparecen en el cuadro son los ángeles representados a ambos lados del trono en el que se sienta la Virgen. Los ángeles aparecen en planos superpuestos y a diferentes alturas rodeando a la Virgen y al Niño.
 La profundidad del cuadro de tanta importancia para los pintores de la época aparece representada gracias a la forma del trono donde reposa la Virgen. Otro elemento que dota de profundidad a la composición, es la posición en la que aparecen representados los ángeles.
 A parte de la influencia románica anteriormente mencionada, en La Madonna de Santa Trinitá también se aprecia influencia bizantina. El uso del fondo dorado y el heratismo de las figuras representadas, así lo indican. Al mismo tiempo, son otros los rasgos que evidencian esta influencia: el color de la ropa las figuras y la Virgen y el Niño bendiciendo.

Giotto

Giotto di Bondone (Colle di Vespignano, 1267 - Florencia, 8 de enero de 1337), mejor conocido solo por su nombre de pila, fue un notable pintor, escultor y arquitecto italiano del Trecento. Se lo considera el primer artista de los muchos que contribuyeron a la creación del Renacimiento italiano y uno de los primeros en romper las limitaciones del arte y los conceptos medievales. Se dedicó fundamentalmente a pintar temas religiosos, siendo capaz de dotarlos de una apariencia terrenal, llena de sangre y fuerza vital.
Infancia y aprendizaje
Giotto nació, según las fuentes más creíbles, en Colle de Vespignano, en las cercanías de Vicchio del Mugello, un pueblo cercano a Florencia. Según su principal biógrafo, Giorgio Vasari, era hijo de un campesino llamado Bondone, y pasó su infancia como pastorcillo en los campos. Si bien la mayoría de los autores cree que se llamaba en realidad Giotto di Bondone, otros opinan que su verdadero nombre de pila era Ambrogio o Angelo, y que el nombre por el que es conocido, Giotto, no sería más que un diminutivo, derivado de Ambrogiotto o Angelotto.
Existen controversias acerca de su año de nacimiento, aunque lo más probable es que naciera en 1266 o 1267. Estas fechas se deducen de la afirmación del cronista florentino Antonio Pucci, que dice que Giotto murió a los setenta años de edad en 1337 (año del calendario florentino, que se iniciaba el 25 de marzo). El día exacto se desconoce.
Según sus biógrafos, fue discípulo del pintor florentino Cimabue, el artista más conocido de su época. Vasari relata el modo en que el pequeño de 11 años demostró por primera vez su talento artístico: cuenta que, estando el niño al cuidado de unas ovejas, mataba el tiempo dibujando a una de ellas sobre una piedra plana con una tiza. Acertó a pasar por allí Cimabue, quien, impresionado por el talento natural de Giotto —que había dibujado una oveja tridimensional, tan natural y perfecta que parecía viva—, lo acompañó hasta su cabaña y consiguió convencer al padre de que le dejara hacer del muchacho su aprendiz.1
Otra versión de la biografía de Giotto manifiesta que su padre lo mandó a Florencia para que trabajase como aprendiz con un mercader de lanas. El joven, muy interesado en el arte, tomó la costumbre de visitar el estudio de Cimabue para ver a los artistas trabajar. Ansioso de incorporarse al taller, insistió tanto a su padre que al fin se le permitió aprender con el gran maestro.
Vasari refiere que Giotto era un aprendiz divertido y bromista, a tal punto que en una ocasión pintó una mosca en la naríz de un retrato. Su técnica era tal que Cimabue intentó espantarla con la mano antes de darse cuenta de que estaba pintada. Esta anécdota de juventud presagia ya la técnica característica de Giotto, que lo capacitaba para pintar figuras casi reales.

La expulsión de los diablos de Arezzo



Giotto escenifica uno de los episodios de la vida de San Francisco que confluyó en la determinación milagrosa del santo. Se presenta a San Francisco arrodillado tras un compañero franciscano, que se dirige con fuerza hacia las criaturas que figuran en el cielo. San Francisco, durante la guerra civil de Arezzo, exhortó al hermano Silvestre a que expulsara los demonios que habitaban en la ciudad. Mientras que el santo se presenta concentrado en sus rezos y oraciones, Silvestre ejecuta la acción propuesta. Su figura, de fuerte consistencia, se dirige con la mano hacia el cielo, donde las criaturas del mal parecen replegarse y huir de la ciudad. Para todo ello, Giotto ha creado un espacio verosímil. A la derecha se sitúa la ciudad asediada por los demonios, cuyas arquitecturas resaltan por el colorido típico de los edificios de la época, en diversos colores. A la izquierda, separando la composición y las acciones claramente, figura una iglesia, donde se sitúan los santos que salvarán a la ciudad de la ruina, de mano de la fe de San Francisco. El objetivo ha sido alcanzado, ya que de entre las puertas de la muralla, podemos distinguir algunos ciudadanos que vuelven tras la liberación milagrosa. El espacio representado, aunque excesivamente vertical, se hace creíble como marco para la acción que se escenifica. La sensación espacial y la fuerza de las expresiones de los santos que consigue Giotto se presenta como una labor de adoctrinamiento para las masas, ya que lo que pretende es dejar ejemplificado el carácter benefactor del santo y, al tiempo, el poder de la Iglesia, que es la responsable última de la liberación de la ciudad.

"La Desesperación"


El Vicio de la Desesperación se presenta como una figura femenina que acaba de suicidarse, al que acude raudo un pequeño demonio presto a recoger su alma. Los pliegues de la túnica de la muerta caen con peso y naturalidad sobre la repisa del marco. Pero nos parecen más interesantes los pequeños detalles que figura Giotto para completar mejor la escena: al detalle dinámico del diablillo, en distinto color que lo hace destacar, se une el travesaño de donde cuelga la cuerda de la suicida. El pintor ha utilizado la propia tonalidad y el brillo marmóreo del fondo, y la insinuada consistencia del nicho para figurar estos elementos tan expresivos de la imagen. Lo más impresionante es la pequeña curvatura que adopta el travesaño por el peso de la muerta. La Estupidez es otro de los vicios que decoran el muro septentrional de la nave única de la capilla de la Arena (Scrovegni) de Padua.

ARQUITECTOS DEL GÓTICO
Matías de Arrás                                       

Matías de Arrás, nacido hacia 1290 en Arrás y fallecido en 1352 en Praga, fue un arquitecto, escultor y maestro de obras francés, conocido por ser el primer arquitecto de la Catedral de San Vito de Praga.
De su vida anterior de su llegada a Praga, no sabemos mucho. Estuvo activo en la corte papal de Aviñón. Allí conoció al futuro emperador Carlos IV, emperador del Sacro Imperio Romano quien lo invitó a venir para construir una nueva catedral para el obispado de Praga, que había sido elevado a archidiócesis. La Catedral de San Vito se inició en 1341 en elestilo gótico francés del sur . El plan básico es similar al de la Catedral de Narbona (Catedral de San Justo y San Pastor) y la de la Catedral de Notre-Dame de Rodez (en francés: CathédraleNotre-Dame de Rodez).
La primera piedra fue colocada en 1344 y durante los siguientes ocho años, hasta su muerte, le quedó tiempo para completar ocho arcos del coro, las capillas de los ambulatorios y de radiación.
El arquitecto estableció su taller, no lejos de su gran proyecto.
Después de su muerte en 1352, es el joven Peter Parler, quien en 1356, tomó el mando del taller y el lugar de Matías de Arras, llevando la obra con un estilo diferente.

Catedral de San Vito






Berenguer de Montagut

Berenguer de Montagut (activo durante la segunda mitad del s. XIV) fue un arquitecto catalán, maestro de obras de Santa María del Mar.
Poco se sabe de la vida de Berenguer de Montagut. Actualmente se le puede relacionar con tres edificios religiosos de Cataluña y Baleares, de los cuales parece claro que fue diseñador y maestro de obras durante parte de sus respectivas construcciones: Santa María de Manresa (la Catedral o Seo de Manresa), Santa María del Mar de Barcelona y la Catedral de Palma de Mallorca. En ocasiones también se le relaciona con la iglesia de Santa María del Pí de Barcelona.
Como explica Cirici Pellicer, Montagut fue «un diseñador excepcional que purifica la forma hasta extremos impensables». Podríamos decir que lleva hasta el extremo las tendencias características del gótico catalán: sus construcciones son excepcionalmente amplias, con una aversión a la compartimentación hasta el punto de que sus iglesias, todas de tres naves, parecen querer alcanzar el espacio unitario de la nave única. Es una constante en él la austeridad extrema en las diversas estructuras arquitectónicas: pilares octogonales desnudos sin molduras, paños de muro planos, pocos elementos decorativos, etc. La separación entre pilares de sus iglesias es de las más grandes de todo el gótico europeo.
Hay también un regusto por una cierta escenografía calculada según la situación de la iglesia con respecto a los observadores. Curiosamente sus tres iglesias se pueden ver de lejos, a medida que uno se acerca a la ciudad, por mar en el caso de Barcelona y Mallorca y por tierra en el caso de Manresa. Todas se sitúan en un eje más o menos perpendicular a la visual del hipotético viajero. Esto es muy evidente en Manresa y en Mallorca, mientras que, sin embargo, en Barcelona el efecto ha desaparecido debido al avance de la línea de la costa y a las edificaciones posteriores de la Barceloneta.
Se cree que el arquitecto Berenguer de Montagut (autor también de Sta. Maria del Mar en Barcelona) pudo ver terminada toda la girola y las dos puertas laterales del nuevo templo gótico que estaba construyendo. Después levantarían un muro que tendría que cerrar el trozo de iglesia de nueva construcción.

Hay ejemplos de iglesias en diferentes puntos de la geografía donde se puede ver este gran muro que cierra una etapa y que debería servir para preparar la siguiente y que nunca se han acabado ni se acabarán, como la iglesia que debía servir de modelo tanto en Barcelona como en Girona: Narbona. En Manresa después de la primera etapa que cubría el ábside y las puertas laterales, vendría la segunda de la mano de Arnau de Vellers y finalmente Martín de Ivars hizo la tercera y definitiva etapa con el gran rosetón de la fachada de poniente. Luego construirían la maciza torre del campanario.

Es evidente que Berenguer tenía muy claro el proyecto constructivo que quería hacer, lo podía imaginar terminado, sabía que no podría verlo físicamente, tampoco era importante, él habría podido recoger la antorcha de algún antecesor y sus sucesores tomarían su antorcha para continuar el trabajo empezado. Es ley de vida. Lo único importante era dejar suficientes pistas para facilitar el trabajo a sus continuadores. No bastaba con el bagaje formativo o iniciático que pudieran tener, eso sólo les facilitaría el diálogo, quedaba el relevo, el día a día.

En un ejercicio de humildad que le honra, hizo algo más que dejarles pistas, se lo dejó todo perfectamente organizado. Si Berenguer no hubiera sido un hombre con una mente preclara, de una inteligencia natural que le capacitaba para hacer sencillas las grandes cosas, que se complicó la vida para que los demás lo tuvieran fácil, difícilmente se hubiera podido pasar de ese primer tramo si los gobernantes manresanos, no hubieran permitido a los continuadores de Berenguer, derribar toda la iglesia románica.

De todas las soluciones posibles, es evidente que seleccionó la más inteligente. Se puede interpretar que había una fuerte presión por parte del gobierno de Manresa y además que la economía era muy escasa. También se puede pensar que fuera él mismo quien se anticipara y les dijera que no se preocuparan por la nave románica que él lo encajaría todo y bien.

Berenguer tenía la planta del ábside perfectamente calculado en su proyecto inicial. Estaba adaptada según los módulos de cálculo en un espacio proporcional al templo de Salomón. El coro en el centro y una nave a cada lado. Una sección simétrica, unos contrafuertes sólidos y un doble juego de arbotantes le aseguraban la estabilidad del edificio. Quería construir la bóveda más ancha de todo el mundo cristiano y no podía permitirse salir del guión en ningún momento. Inicialmente hacer una iglesia más o menos pequeña o más o menos baja, importaba poco, pero en época de Berenguer muchas cosas ya se habían corrompido y en cierto modo ya había empezado la competitividad moderna.

Pero tras el ábside venía la iglesia románica con sus medidas especiales. Definitivamente no le quedaba otra opción que replantear todo el ábside, buscar una solución atrevida que pasase desapercibida por todos durante siete siglos y lograr el encaje. En caso contrario, tenía que empezar de nuevo pero no se podía olvidar de Salomón, de la vara de Aarón, de las Canes Destres, los codos, del pentáculo estrellado, de la estrella de David, de Vitruvio, de teorías egipcias, griegas o romanas, del pozo bajo el presbiterio, de las energías telúricas, de las diversas orientaciones de la nave, del punto de oro, del número de plata, de la divina proporción, de la disimetría pitagórica y de tantas cosas que se escapan a nuestros actuales conocimientos.

La anchura de la nave románica equivalía a la mitad de la anchura del templo de Salomón, si unos muros muy firmes podían aguantar la pesada bóveda, mucho más aguantarían un cierre gótico. Pero la anchura de la nave lateral gótica proyectada, era menos profunda que la románica. La diferencia de anchura entre ambas naves laterales era de un metro y medio largo.

Proyectar todo el edificio a partir de la anchura de la nave románica y hacer las dos naves iguales, significaba un edificio unos cuatro metros más ancho de lo previsto con un desajuste de todo el proyecto con el riesgo que comportaría. Hay que tener presente que la cima de Puig Cardener, lugar donde está ubicada la Seu tampoco es muy grande. También podía reducir el diámetro de la bóveda para no salirse de anchura y mantener las proporciones salomónicas, pero construir una bóveda de 14 m. no le haría ninguna gracia, cualquier arquitecto la podía hacer.

Teorías pitagóricas ya nos hablan de la disimetría a él no le venía de nuevo, definitivamente haría un edificio asimétrico en cuanto a la sección y disimétrico en cuanto a la planta. Respetando el diámetro absidal mantendría al 100% la capacidad de respuesta de los contrafuertes.

Catedral Santa María del Mar





viernes, 21 de marzo de 2014

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA EQUINOCCIAL
FACULTAD DE ARQUITECTURA, ARTES Y DISEÑO
ARQUITECTURA






INVESTIGACIÓN CIBV







                   Cátedra: Historia del Arte II
Nombre: José Luis Arias A. Curso: 2B
Fecha: 13-03-2014

1.
Estilo carolingio
Conocido sólo en miniaturas de su época (últimos años del siglo VIII y por casi todo el IX), corren parejas con la escritura del mismo nombre y es un resultado de la combinación de elementos clásicos, bizantinos, sirios e irlandeses. Se distingue por el uso frecuente de fondos purpúreos y de aplicaciones de oro y plata en los dibujos y por la adopción de magníficos motivos arquitectónicos para decorar también (por el procedimiento a la aguada) los libros o códices, adopta asimismo varias figuras muy poco afortunadas en el dibujo, entre las cuales, Corbie, Metz y Tours y entre las obras que todavía se conservan se celebran las siguientes.
El Evangeliario de San Medardo de Soissons
Las dos Biblias de Carlos el Calvo
El Evangelistario de Godesscalc
http://es.wikipedia.org/wiki/Pintura_rom%C3%A1nica#Estilo_carolingio
2.
El estilo románico propiamente dicho conserva alguna tradición romana aunque muy degenerada y participa más o menos de las influencias bizantinas y de las septentrionales. Sin embargo, no refleja una intención decidida de imitar o copiar los modelos de Constantinopla en lo cual se diferencia del estilo italo-bizantino. Se manifiesta principalmente en la decoración de muros interiores de iglesias, en pinturas de frontales de altar, en miniaturas o iluminaciones de códices, alguna vez en mosaicos de pavimentos, esmaltes para decoraciones del mobiliario y en algunas vidrieras de colores que empiezan a usarse en su época desde finales del siglo X.
Se caracteriza la pintura románica por el escaso estudio de la naturaleza que revelan sus figuras, por la seriedad y uniformidad de los rostros en la forma humana, por la simétrica plegadura de los paños, por las violentas actitudes que se dan a los personajes al representar una escena y el rígido hieratismo cuando las figuras no han de expresar acciones, por sus contornos demasiado firmes o acentuados y, en fin, por la falta de perspectiva que ofrece la composición en conjunto.
Los procedimientos generalmente seguidos fueron el temple y el fresco para cuadros y decoraciones murales, el temple y la aguada en la pintura sobre tabla y la aguada o acuarela (en éstas y en las tablas con aplicaciones de oro) para las iluminaciones de códices. En la pintura sobre tabla era bastante común el recubrir la superficie con un lienzo pegado a la misma sobre el cual se aplicaban algunas manos de fina escayola y se trazaban en ésta para fondo del cuadro ciertos surcos o rayitas e incluso dibujos en relieve y luego se pintaban las figuras que en muchos puntos aparecen también con resalto.
http://es.wikipedia.org/wiki/Pintura_rom%C3%A1nica#Estilo_carolingio
3.
Arte gótico es una denominación del estilo artístico que se desarrolló en Europa occidental durante los últimos siglos de la Edad Media, desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia), y bien entrado el siglo XVI en los lugares donde el Gótico pervivió más tiempo. Se trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente. Según los países y las regiones se desarrolla en momentos cronológicos diversos, ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra y España.
http://es.wikipedia.org/wiki/Arte_g%C3%B3tico
Esta página fue modificada por última vez el 16 mar 2014, a las 20:09.
Arte gótico es una denominación del estilo artístico que se desarrolló en Europa occidental durante los últimos siglos de la Edad Media, desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia), y bien entrado el siglo XVI en los lugares donde el Gótico pervivió más tiempo. Se trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente. Según los países y las regiones se desarrolla en momentos cronológicos diversos, ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra y España.
http://es.wikipedia.org/wiki/Cruzadas
Esta página fue modificada por última vez el 20 mar 2014, a las 21:22.
4.
Francia en la Edad Media
Hacia fines del siglo V se produjo una fuerte fragmentación del poder luego de que el último emperador romano fuera derrotado en el año 476. En la Galia distintos pueblos bárbaros se enfrentaron para expandir su poderío: los francos en el norte, los burgundios en el centro y los visigodos al sur. De la antigua gloria de Roma perduró pocos años el reino del general Siagrio, en Soissons (al norte), hasta que el rey franco Clodoveo, figura fundamental de la historia francesa, lo venció en 486.

La historia de Francia siempre recordará a Clodoveo I, rey franco desde el año 481 hasta el 511, hijo de Childerico I y de Basina de Turingia, que logró unificar a las diversas tribus francas, volviéndose expansivo también frente a los demás pueblos bárbaros. Fue un hombre de suma importancia para la historia de la República Francesa porque fue quien primero unificó el territorio francés e inauguró la dinastía de reyes. Por ello se lo considera fundador de Francia. Se ocupó de expandir su poder en toda la Galia, mediante batallas, asesinatos y alianzas. Logró triunfar sobre los visigodos y los burgundios, quedando todo el territorio en manos de los francos.

Otro hito dentro de la historia francesa fue la conversión al catolicismo romano de Clodoveo (primero germano, y por ende, pagano), luego de casarse en 493 con Clotilde, una princesa burgundia católica. Su conversión hizo que todos los francos adoptaran el cristianismo. La adhesión al catolicismo facilitó en gran medida la integración de los francos con los galos-romanos. Además, permitió establecer una alianza inquebrantable a lo largo de la historia de Francia entre la monarquía y el clero.

Clodoveo dio origen a la primera dinastía de reyes cristianos franceses, la Dinastía Merovingia, que reinó entre los siglos VI y VIII. A él también se debe la designación de París como capital del reino en el año 508, por su ubicación estratégica. Sin embargo, a pesar del rol crucial de este primer rey dentro de Francia y su historia, también él, que había logrado la unidad del territorio fue quien, paradójicamente, propició la fragmentación característica del feudalismo: antes de morir repartió la región en distintos reinos para sus cuatro hijos. En la historia francesa el período merovingio se caracterizó por la creciente desintegración territorial, en tanto las tierras se dividían entre los hijos de los reyes. Esto provocó luchas internas sangrientas y la falta de estabilidad política perjudicó el comercio, que muchas veces debió interrumpirse.

Los reyes merovingios que sucedieron a Clodoveo no se ocuparon de gobernar y dejaron esa gran tarea a los mayordomos de palacio. Así, cada reino franco fue gobernado de hecho por un hombre encargado de la administración, la política, la economía y los asuntos militares, convirtiéndose en un poder simultáneo al de los reyes. Pero a principios del siglo VIII se produciría un nuevo intento de unificación con el inicio de la Dinastía Carolingia, central para la evolución de la historia de Francia. Todo comenzó con el mayordomo de Austrasia, llamado Carlos Martel o “martillo”, por su gran poder. Si bien no fue oficialmente rey, se lo considera fundador de la dinastía. Logró detener la invasión musulmana sobre Occidente con el triunfo en la batalla de Poitiers, en 732. Además, comenzó a reunir distintos reinos en uno solo (Austrasia, Neustria, Frisia, Sajonia, Turingia y Baviera). Martel quedó inmortalizado en la historia francesa.

Su hijo, Pipino el Breve, fue el primer rey de la Dinastía Carolingia, desde el año 751. Combatió contra los lombardos al norte de la actual Italia, enemigos del Papado entre los años 754-756. Las tierras que obtuvo de ellos fueron entregadas al Papa, constituyendo así los Estados Pontificios. La historia de Francia recuerda con honra al hijo de Pipino, Carlomagno o Carlos I el Grande, rey de los francos entre 768 y 814. Se caracterizó por sus exitosas campañas militares: venció a lombardos, sajones y ávaros. También se enfrentó a los árabes en España. Fue el creador del condado, unidad administrativa al mando de un conde y de las marcas, fronteras defendidas por los marqueses. En el año 800 hizo que el papa León III lo proclamara emperador, fundando así el Imperio Carolingio, una nueva versión del Imperio Romano de Occidente, central para Francia y su historia. Aquisgrán fue la capital imperial.

Una característica central del Imperio Carolingio fue su desarrollo cultural, propulsado por Carlomagno, quien quiso emular la grandeza romana. Fundó bibliotecas y escuelas, como la Escuela Palatina, con sabios de la época y asignaturas que incluían: retórica, dialéctica y gramática (Trivium) y aritmética, geometría, astronomía y música (Quatrivium). Este impulso cultural fue crucial para la historia de Francia. Una vez muerto Carlomagno, el Imperio Carolingio se desintegró, dado que su sucesor Ludovico Pío no tuvo la fortaleza necesaria para enfrentar las luchas internas y las recurrentes invasiones. La Francia actual adquirió su forma en 843 con el Tratado de Verdún, que separó en tres el Imperio, siendo Francia Occidental la correspondiente al territorio moderno.

Luego de los reyes carolingios, que reinaron hasta 987, se inició la Dinastía de los Capetos que, excepto algunas interrupciones importantes, reinaron hasta 1848, convirtiéndose en la dinastía más significativa de la historia francesa. Incluye a los Capetos directos, la Casa de Valois, la Casa Borbón y la Casa Orleáns. Si bien los Capetos quisieron lograr la unificación, el poder verdadero lo tuvieron los nobles, supuestos vasallos, que gobernaron sus feudos con casi entera libertad. Entre los siglos XI y XIII los nobles participaron de las Cruzadas para recuperar Tierra Santa, en manos de los musulmanes. Más allá del feudalismo imperante, el comercio prosperó durante la Baja Edad Media y las ciudades crecieron, así como también la cultura vivió un período vital con el Humanismo.
http://www.historiafrancia.com/Francia-Edad-Media.aspx
6.
El estilo gótico encontró su gran medio de expresión en la arquitectura. Surgió en la primera mitad del siglo XII a partir de la evolución de precedentes románicos y otros condicionantes teológicos, tecnológicos y sociales. La arquitectura gótica perduró hasta bien entrado el siglo XVI en diversos países europeos como Inglaterra, mucho después de que el estilo renacentista hubiera penetrado en otros campos artísticos. Las mayores realizaciones del gótico se manifestaron en el terreno de la arquitectura religiosa.
En contraste con la arquitectura del románico, cuyas características esenciales son los arcos de medio punto, las estructuras macizas con escasos vanos y las bóvedas de cañón o arista, la arquitectura gótica empleó el arco apuntado, agujas, chapiteles y gabletes, reforzando el sentido ascensional que pretende transmitir el edificio, amplios vanos con tracerías caladas para conseguir la máxima luminosidad y estructuras reducidas al mínimo. Todas estas cualidades estilísticas fueron posibles gracias a las innovaciones constructivas, especialmente a la aparición de la bóveda de crucería. Las iglesias medievales poseían bóvedas muy pesadas, que obligaban a disponer muros gruesos y con pocos ventanales para soportar sus empujes. A principios del siglo XII los constructores inventaron la bóveda de crucería, que consiste en el cruce de dos arcos o nervios apuntados, que conforman una estructura resistente sobre la que se colocan los ligeros plementos o elementos de relleno que configuran la bóveda. Este sistema además de ligero y versátil, permite cubrir espacios de diversa configuración formal, con lo que posibilita un gran número de combinaciones arquitectónicas.
Aunque las primeras iglesias góticas adoptaron una gran variedad de formas, la construcción de las grandes catedrales del norte de Francia en la segunda mitad del siglo XII se benefició de las ventajas de las bóvedas de crucería. Con ellas se podían concentrar los empujes en los cuatro puntos del vértice y posteriormente apearlos por medio de los elementos sustentantes, que podían ser los pilares o columnas pero también el sistema de estribo y arbotante, un arco que transmite los esfuerzos tangenciales hacia un contrafuerte situado en el exterior del edificio coronado por un pináculo. Como consecuencia, los gruesos muros de la arquitectura románica pudieron ser reemplazados por ligeros cerramientos con ventanales que permitieron la aparición de la vidriera y facilitaron que el edificio alcanzase alturas insospechadas. Así se produjo una revolución en las técnicas constructivas.
Con la bóveda gótica los edificios pudieron adoptar formas variadas. Sin embargo, la planta común de las catedrales góticas consistió en tres o cinco naves longitudinales, un transepto, un coro y un presbiterio, es decir, una composición similar a la de las iglesias románicas. Las catedrales góticas también mantuvieron y perfeccionaron la creación más genuina de la arquitectura románica: la girola, una estructura compleja que aparece en la cabecera del templo, generalmente de forma semicircular con un deambulatorio alrededor y al que se abren capillas radiales de planta semicircular o poligonal. La organización de los alzados en el interior de las naves y en el coro también mantuvo los precedentes románicos. Por otro lado, los esbeltos pilares compuestos que separan las naves, con sus finos fustes elevándose a través del triforio hasta las nervaduras de las bóvedas, y el uso del arco apuntado en todo el edificio, contribuyen a crear efectos de verticalidad que constituye la expresión más intrínseca de la arquitectura gótica.
El objetivo prioritario de la organización exterior de la catedral gótica, con sus arbotantes y pináculos, fue contrarrestar el peso de las bóvedas. La fachada occidental o de los pies de la iglesia, por otro lado, intentaba producir un efecto de desmaterialización del muro a través de ricos recursos plásticos. La típica fachada principal gótica se divide en tres cuerpos horizontales y tres secciones verticales o calles, donde se abren las tres portadas que se corresponden con las naves del interior. Las dos torres laterales forman parte del cuerpo de la fachada y se rematan frecuentemente por agujas o chapiteles. Por último, el gran rosetón sobre la portada central supone un magnífico centro para la totalidad del conjunto.
Gótico temprano o de transición.

Conserva la sobriedad y robustez del románico, pero comienza a incorporar elementos como el arco apuntado o las vidrieras. Aparece también la planta de crucero (en forma de cruz) en las iglesias.

Gótico clásico.

A él pertenecen la mayor cantidad de obras y construcciones de este periodo. Se construye alcanzando alturas nunca vistas antes, los muros disminuyen de tamaño y aparecen las grandes vidrieras gracias a la invención de los contrafuertes y los arbotantes que hacen que no sea necesario reforzar dichos muros. Los techos con grandes bóvedas suben en altura y complejidad, aparecen las capillas laterales, girolas, etc...

Gótico radiante.

Es la sofisticación del anterior, el mejor ejemplo es el gótico inglés con las bóvedas de abanico o las vidrieras de la Saint Chapelle de París. Se rellenan todos los espacios y no se dejan espacios vacíos.
http://www.monografias.com/trabajos4/artgotico/artgotico.shtml
7.
La Catedral de Notre Dame de París (Cathédrale Notre-Dame), situada en IV distrito, es una de las catedrales francesas más antiguas de estilo gótico. Se empezó a construir en el año 1163 y se terminó en el año 1245. Dedicada a María, madre de Jesucristo (de ahí el nombre Notre Dame, Nuestra Señora), se sitúa en la pequeña Isla de la Cité en París, Francia, que está rodeada por las aguas del río Sena.
La catedral surge íntimamente ligada a la idea del esplendor gótico, a efecto claro de las necesidades y aspiraciones de la sociedad de la época, a un nuevo enfoque de la catedral como edificio de contacto y ascenso espiritual. La arquitectura gótica es un instrumento poderoso en el seno de una sociedad que ve, en el inicio del siglo XI, transformarse la vida urbana a un ritmo acelerado. La ciudad resurge con una extrema importancia en el campo político, en el campo económico (espejo de las crecientes relaciones comerciales), ascendiendo también, por su lado, la burguesía adinerada y la influencia del clero urbano. El resultado de esto es una sustitución también de las necesidades de construcción religiosa fuera de las ciudades, en las comunidades monárquicas rurales, por el nuevo símbolo de la prosperidad urbana, la catedral gótica. Y como repuesta a la búsqueda de una nueva dignidad creciente en el seno de Francia, surge la Catedral de Notre-Dame de París.
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/d/d8/Notre_Dame_Querschiff.JPG/170px-Notre_Dame_Querschiff.JPGhttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/1/18/Cathedrale_Notre-Dame_de_Paris_nef_nouvelles_cloches.jpg/220px-Cathedrale_Notre-Dame_de_Paris_nef_nouvelles_cloches.jpg



http://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Notre_Dame_(Par%C3%ADs)
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La Catedral de la Asunción de Nuestra Señora (en francés: Cathédrale de l'Assomption de Notre-Dame), es una iglesia catedralicia de culto católico romano bajo la advocación de Nuestra Señora en la ciudad de Chartres, en el departamento de Eure y Loir, en Francia, a unos 80 km al suroeste de la capital, París. Asimismo es la sede de la Diócesis de Chartres, en la Archidiócesis de Tours.
Esta catedral marcó un hito en el desarrollo del gótico e inició una fase de plenitud en el dominio de la técnica y el estilo gótico, estableciendo un equilibrio entre ambos. Es sumamente influyente en muchas construcciones posteriores que se basaron en su estilo y sus numerosas innovaciones, como las catedrales de Reims y Amiens a las que sirvió de modelo directo.
La figura más importante en la historia de esta diócesis fue el obispo Fulberto de Chartres, teólogo escolástico reconocido en toda Europa.
En 1979 fue declarada, por la Unesco, "Patrimonio cultural de la Humanidad".
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/b/bf/Triforium_Chartres.jpg/300px-Triforium_Chartres.jpghttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/6/6b/PorcheCentralNordCathedraleChartre041130.JPG/300px-PorcheCentralNordCathedraleChartre041130.JPG               




http://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Chartres

La Catedral de Nuestra Señora de Reims (en francés: Cathédrale Notre-Dame de Reims), es una catedral de culto católico romano bajo la advocación de Nuestra Señora, la Virgen María en la ciudad de Reims, en el departamento de Marne, en Francia, al noreste del país, a unos 160 km de la capital estatal, París, es la cabeza de la diócesis de Reims.
Construida en el siglo XIII, después de las catedrales de París y de Chartres, pero antes de las catedrales de Estrasburgo, Amiens y Beauvais. Es uno de los edificios góticos de mayor importancia en Francia, tanto por su extraordinaria arquitectura como por su riquísima estatuaria. En 1991, fue incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La Catedral de Reims era, en el Antiguo Régimen, el lugar de la consagración de los monarcas de Francia. El último Rey coronado fue Carlos X, el 28 de mayo de 1825.
Cathedral Notre-Dame de Reims, France.jpgCathedrale de Reims 1.jpg







http://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Reims
8.
ESCULTURA GÓTICA
·         En la escultura gótica las tallas en piedra continúan usándose para la decoración de la arquitectura, además de cumplir la función evangelizadora (el catecismo de los analfabetos, la inmensa mayoría de la población) pero cada vez se emancipa más (paso del relieve al bulto redondo). La escultura gótica evolucionó desde un estilo alargado y rígido, aún en parte románico, hacia un sentimiento espacial y naturalista a finales del siglo XII y principios del siglo XIII. La influencia de las esculturas griegas y romanas que aún se conservaban se incorporaron al tratamiento de las telas, las expresiones faciales y la pose.
·         Las esculturas góticas nacieron en los muros de las iglesias, a mediados del siglo XII en la Isla de Francia, cuando el abad Suger hizo construir la abadía de Saint-Denis (h. 1140), considerada el primer edificio gótico, y muy pronto le siguió la catedral de Chartres (h. 1145). Anteriormente, no había tradición escultórica en la Isla de Francia, así que los escultores se traían de Borgoña, quienes crearon las revolucionarias figuras que actuaban como columnas en el Pórtico Real de Chartres. Era un invento enteramente nuevo y proporcionaría el modelo para una generación de escultores.
9.
PINTURA GÓTICA
·         Hasta alrededor de 1200 no apareció un estilo de pintura que pueda llamarse «gótico»; es decir casi 50 años después del comienzo de la arquitectura y la escultura góticas. La transición del románico al gótico es muy imprecisa y no hay un claro corte, pero podemos ver los comienzos de un estilo que es más sombrío, oscuro y emotivo que en el periodo previo. Esta transición ocurre primero en Inglaterra y Francia alrededor de 1200, en Alemania en torno a 1220 e Italia alrededor de 1300.
·         Es usual indicar que, mientras en el románico las representaciones figurativas son simplificadas e idealizadas, en el gótico se tiende a aumentar el realismo y naturalismo, aproximándose a la imitación a la naturaleza que será el ideal del renacimiento, incluyendo la representación de paisajes, que, no obstante, sigue siendo poco usual.
·         Virgen con ángeles y San Francisco. Asís. Cimabue, hacia 1280
·         En el gótico, en correspondencia con las nuevas tendencias filosóficas y religiosas (recuperación de la filosofía de Aristóteles a través del averroísmo, humanismo de San Francisco de Asís) se tendió a aproximar la representación de los personajes religiosos (los santos, los ángeles, la Virgen María, Cristo) en un plano más humano que divino, dejándoles demostrar emociones (placer, dolor, ternura, enojo),
10.
A medida que el siglo XV avanza, ese fenómeno de transformación se precipita; mientras el estilo arquitectónico flamígero, o flamboyant, triunfa, especialmente en las regiones del norte de Francia y, sobre todo, en los Países Bajos meridionales, las corrientes renacentistas, por fin, han desembocado en Florencia en un ambiente completamente nuevo; en lo arquitectónico con las innovaciones de Brunelleschi, a las que acompañan cambios no menos radicales, por lo que respecta a la escultura y a la pintura, con Donatello y el Masaccio.
Es entonces cuando la pintura y escultura adquieren plena personalidad en Borgoña y en Flandes, independientemente de lo que ocurría en Toscana.
Todo ello revela una actividad nueva en el hombre, una nueva e inesperada actitud mental de la persona humana. El siglo XV es, desde este punto de vista, uno de los más trascendentales de la Historia, por esta postura de rebelión espiritual que el individuo adopta y que denota, más que desprecio, abandono de las normas medievales, basadas en la sumisión total a las verdades teológicas y en el respeto de la lógica escolástica, que hasta entonces habían dominado toda la ideología de la segunda mitad de la Edad Media.
Menos descaradamente se entrevé esto allí que en Italia. Sin embargo, ya durante la primera mitad de aquel siglo, pero singularmente desde aproximadamente su mitad, los intelectuales y los nombres de Estado también en Francia y Borgoña parecen no reconocer, en su actuación y en el modo de perseguir sus ambiciones, más ley que la que resulta de sus limitaciones como seres humanos. Su único y verdadero señor es la Muerte. Piensan libremente, mientras en lo externo cubren sus pensamientos con una piedad superficial, y se gobiernan y viven como si fuesen héroes que no deben aceptar otra sanción que no sea la del éxito. En Italia, este cambio psicológico y moral resulta más evidente porque allí revistió los caracteres de un renacer basado en la emulación de la antigüedad clásica, y además, porque allí el patriotismo local se hacía cómplice de la tendencia humanística.
En este clima ideológico apareció en los Países Bajos una serie de grandes artistas que, a primera vista, parecen no participar en el fenómeno de transformación contemporánea que tan claramente representó el esplendor del primer Renacimiento italiano. Sin embargo, la dirección que allí toman la escultura y la pintura no es opuesta, sino todo lo contrario, a la dirección que habían emprendido los campeones de la nueva visión del arte en Florencia. Lo demuestra el mismo hecho de que ambos focos artísticos, el flamenco y el florentino, pudieran convivir sin ninguna dificultad.
Así lo prueba el tríptico que en 1476 terminó en Flandes el pintor Hugo van der Goes para el ciudadano florentino Tommaso Portinari, establecido en Brujas como representante de la casa comercial y bancaria de los Mediéis, y que el italiano se apresuró a enviar a su patria y ofrendarlo a Santa Maria Novella, de Florencia. No sólo esta pintura denota una sensibilidad e incluso un estilo afines a las cualidades que son propias a Domenico Ghirlandaio, sino que al ser admirada en Florencia por artistas de la talla de un Filippo Lippi y hasta de su joven discípulo Botticelli, ejerció entre buen número de los pintores florentinos un influjo muy directo. Pero ya antes se podrían hallar ejemplos de estos contactos directos entre lo flamenco y lo toscano.
Un año antes de que Van der Goes terminase su tríptico, Antonello da Messina llegaba a Venecia, donde aportaba, junto con la técnica de la pintura al óleo, tal como la había practicado Jan van Eyck, un nuevo concepto de lo espacial, y de la profundidad psicológica (lo cual daría origen al gran desarrollo que tuvo el arte del retrato en la escuela veneciana), y ambas cosas las practicaba Antonello gracias a haberse transformado, asimismo, a consecuencia de contactos que en la corte de Galeazzo Maria Sforza, en Milán, había tenido con Petrus Christus, pintor flamenco discípulo directo de Van Eyck.

Sepultura del senescal Philippe Pot
Sepultura del senescal Philippe Pot (Musée du Louvre, París). Esta famosa sepultura, como un sarcófago con figura yacente, llevado por encapuchados, fue realizada entre 1477 y 1483, y la crítica moderna la atribuye a un continuador del estilo de Claus Sluter: Antoine Le Moiturier, que trabajó en Dijon para los duques de Borgoña.
http://www.historiadelarte.us/gotico/introduccion-a-flandes-durante-el-siglo-xv.html